UN VUELTO LARGO

El Mundo Al Vuelo (reencauchado... un poco más detallado -y menos aburrido-). Tailandia, Laos, Vietnam, Camboya, Singapur, España (oops, una de estas cosas, no es como las otras)

29 enero 2006

¡Chino, Feliz Año!


El segundo Año Nuevo que celebré este año fue el Año Nuevo Chino y aunque no estuve en la celebración completa, hay varias cosas que quiero contarles.

El Año Nuevo Chino fue el 29 de enero, la celebración en Bangkok fue en Chinatown, un distrito que tiene más de dos siglos de constituido. Aunque los chinos están adaptados a la vida en Tailandia aún conservan su cultura, tradiciones y siguen celebrando los diferentes festivales, siendo éste el más importante. Este año la celebración fue más especial ya que se conmemoran los 60 años de coronación del Rey de Tailandia. Durante estos días Chinatown tenía mucha decoración correspondiente al Año Nuevo y también al Rey. El año que comenzó fue el Año del Perro, que simboliza fidelidad, honestidad y confianza. El color predominante para este festival es el rojo, que es considerado un color favorable, significando felicidad y buena suerte; las decoraciones eran rojas y la gente estaba vestida de rojo.

Fui el día anterior a la celebración para evitar chichoneras (tumultos, mucha gente), de todas formas el lugar fue muy concurrido, mucha gente tenía camisetas rojas con un perro estampado, aunque mi amigo y yo íbamos vestidos de azul (no estábamos uniformados, fue pura casualidad y afortunadamente no estábamos en un partido de Santafé – Millonarios, porque nos hubieran linchado). Chinatown está atravesada por dos calles principales y la celebración se llevaba a cabo en una de estas (Yaowarat). Habían algunos desfiles, bandas y algunas reinas (o modelos vestidas de reinas), muy bonitas por cierto.

En los diferentes templos había mucha gente haciendo todo tipo de rituales y prendiendo velas y mucho incienso. Los chinos creen que los padres o familiares de edad (viejos) que se han muerto, siguen existiendo en una forma espiritual y velan por el bienestar de la familia, siempre y cuando sean recordados. Y aunque durante el año se hacen diferentes rituales en su memoria (no la suya, la de los muertitos), el Año Nuevo es una fecha propicia para hacerlo y les traerá buena suerte en el año que empieza.

Cuando caminábamos por Yaowarat vimos un grupo de gente mirando hacia arriba y como uno hace lo que están haciendo los demás, pues también miramos. Frente a nosotros había un grupo de hombres, vestidos de rojo, sosteniendo un palo grueso y largo perpendicular al piso, de unos 4 metros, el cual tenía en su extremo superior a una niña de 3 ó 4 años vestida de rojo, abrazada fuertemente a éste (el palo no era rojo, sino color “palo natural”). Poco a poco fue “escalando” (subiendo cual “Sube, sube Kilométrico”) un niño de unos 14 años, vestido de rojo, hasta llegar a donde estaba la niña. La alzó e hizo varias cosas con sus manos (no sé exactamente cómo porque con una mano se sostenía al palo y con la otra sostenía a la niña y desde abajo no se alcanzaba a ver claramente). Cuando de repente: “¡Mier... coles! Se le cayó la niña” pensé cuando vi bajar rápidamente a la pobre criatura. Pero no cayó porque estaba amarrada de un tobillo al cuerpo del niño. La caída se podía comparar con una de bonjee jumping, sólo que en lugar de resorte había una tela larga, así que la niña no rebotó, sino que quedó abajo. Después de unos segundos el niño, desde arriba. empezó a halar y enrollar la tela hasta tenerla de nuevo en sus brazos y luego reply (repetición), para los que no alcanzaron a ver. Después de terminado el acto, bajaron a la niña y la entregaron a su padre (no el suyo sino el de la niña), quien la alzó y la llevó hacia el público para que empezara a recoger las donaciones (ganancias) del público, muchos billetes que iba metiendo debajo de su camisa, la cual se iba rellenando rápidamente. Gran riesgo para la niña, pero con seguridad hicieron mucho dinero a costa de ella. ¿Quiere ver?

Cada Año Nuevo, los chinos, le rinden tributo al Dragón Dorado, el espíritu guardian que ha velado por Chinatown desde que llegaron a Tailandia hace siglos. Una figura del Dragón estaba al inicio de la calle.

También celebran con “El Baile del León”, tradicional en la cultura china. El león está relacionado con características como coraje, estabilidad y superioridad. En tiempos de guerra, este baile se utilizaba como “arma” alejando al enemigo. Después, en la Dinastía Ming, se utilizaba para alejar malos espíritus. Este baile es espectacular, eso dicen los que lo han visto, porque yo sólo vi niños y adultos con grandes máscaras y trajes brillantes disfrazados de león, pero no los ví bailando, tal vez el próximo año, ya les contaré.
Continúa...

28 enero 2006

Y fracasé...


Mi gran fracaso sucedió el 13 de diciembre del 2005... será difícil de olvidar... Fue mi primera clase enseñando inglés. Cuando me lo propusieron me pareció interesante: Inglés para cocinar (no es que se cocine un inglés, sino es el vocabulario necesario cuando se aprende a cocinar), solamente dos horas por semana, clase vocacional para alumnos de 16-17 años que estudian Cocina Tailandesa. Estos estudiantes sólo reciben clase de inglés dos veces por semana, una es de vocabulario (la mía) y la otra de comunicación. Cuando acepté me di cuenta que el lugar no estaba muy organizado, o más bien, que la parte de inglés no tenía tanta importancia para el resto del curso. El primer día que fui al instituto, noté que era lejos, pero en realidad no sabía que tanto, ya que Hong, la persona que me llevó, me recogió en una de las estaciones de tren. El día de la clase me fui en taxi desde la estación y vi que era bastante lejos, desde ese momento me empecé a desmotivar.
Al llegar, nadie en recepción hablaba inglés, sólo una de las personas (debe ser la subdirectora) y muy poco. A la hora indicada me llevaron al salón a presentarme a los estudiantes. Cuando llegué se salieron del salón, esperé pacientemente, después de un rato volvieron a entrar. Eran más o menos 16 estudiantes, me miraban como bicho raro, se reían y cuchicheaban entre ellos, en tailandés por supuesto, así que no podía entender nada. Les hablaba y no me entendían, como si estuviera hablando en chino. Llevaba una actividad preparada, los organicé en grupos, pero no querían en esos grupos sino solo querían con los amigos. Durante la actividad se copiaban, hablaban, unos jugaban Gameboy, se reían, se portaban como niños de 12 años, comportamiento que sólo había visto en peliculas americanas... es decir, los @*#?½ culicagados me sabotearon la clase. Y trate de llenarme de paciencia desde el principio, me quede seria, callada a ver si se daban cuenta, les hablé un poco fuerte y no mejoró el ambiente. Pero pues teniendo en cuenta lo lejos que era y pensando en lo difícil que sería, me dije a mi misma: Mi misma, tú no necesitas eso, esto sería un dolor de cabeza. Y recogí todo el material, recogí las hojas de cada grupo, empaqué mis corotos y me fui pa Apocentos Tuta, mi pueblo (ah no, esa era Josefa la de "Dejémonos de Vainas"), cogí mi cartera y les dije: “Yo no puedo enseñar así, adiós, para la próxima clase les conseguirán otro profesor” y ahí sí quedaron mudos. Salí, traté de explicar en recepción pero como no entiendían inglés, no se pudo. Después de haber cruzado la calle (hagan de cuenta la autopista, con peatonal y todo) llegaron dos de los estudiantes juiciosos a decirme “Sory ticher, regrese”. Y yo “no, gracias” y cogí un taxi y me fui.

Y díganme lo que quieran: poco profesional, no acepto retos, no soy capaz de dominar un grupo, etc. Pero mi punto de vista es que estoy viviendo una vida simple en la que hago solamente lo que me hace feliz o por lo menos no representa algo que me desagrade... y aprendí que ser profesor de adolescentes es pa machos... de verdad admiro a mis adorados profesores del colegio (bueno a algunos) por esa paciencia, que por ahora no me interesa desarrollar. Mi vocación de docente no llega hasta tan lejos. Me gusta enseñar adultos que quieran aprender, me gusta y disfruto enseñando mi adorado idioma español.

Y para no ponerme a llorar por ese gran fracaso en mi vida (sí, claro, como no), paso a hablar de las clases que sí me gustan.

Todas las clases que estoy dictando en este momento, son de español, son individuales y son a adultos interesados en aprender y con cada uno de ellos la experiencia es completamente diferente:

* Orly: es una Israelí, super querida y lo que más me gusta de ella es la pasión con la que habla de Israel y del significado que tiene ser Israelí. Trabaja acá en Bangkok en una aerolínea de Israel. Ella si aprovecha todas las clases y poco a poco va aprendiendo.

* Nitchala: en este momento ya no le estoy enseñando. Pero ésta es una tailandesa que tiene novio español. En la clase cuando lo estaba describiendo dijo: “mi novio es bajo, gordo y calvo. Tiene 46 años”. Hay que anotar que ella tiene 27. Se conocieron por internet y él ha venido varias veces a visitarla y se la quiere llevar a España. Con esto simplemente tuve de cerca una de las historias más repetidas en Tailandia (tailandesa con extranjero), de lo que hablare después.

*Somi: 24 años, australiano, pero de origen jordano-palestino. Tímido, buena gente (me dio regalo de navidad, tan lindo). Tiene dos perros grandes que simpre están jugando y “queriéndose” mientras tenemos clase. Vive en un penthouse espectacular. No le está resultando tan fácil nuestro idioma o no se concentra lo suficiente.

*Melanie: no puedo decir nada malo porque ella esta leyendo esto (es un chiste Melanie). Es canadiense, la clase es de español avanzado, es más, yo creo que ella sabe más español que yo: estudió en Canadá y también en España para ser profesora de español. Así que las clases son más divertidas, sólo hablando sobre cosas en general o sobre libros o algún otro tema en particular. Estudia español para no olvidarlo ya que casi no ha tenido contacto con el idioma en los últimos años. Su esposo es inglés y vinieron a Bangkok por su trabajo (no el suyo, el de él).

*Moonthon (apodo: Mint). Tiene 17 años. Se ve super tiernita (acá las mujeres siempre se ven menores de lo que son). Estudia Artes (que eso incluye idiomas) y no le va muy bien en español, por eso toma extraclases. Sabe muchas cosas de gramática pero casi no habla. El curso de español en su universidad no es suficiente para aprender, ya que son muchos estudiantes y no hay casi tiempo de practicar. Cuando le dije que describiera algún personaje, me describió a sus mejores amigos quienes no son hombres ni mujeres, están buscando novio y les gusta maquillarse (ejemplo de la cantidad de homosexuales que se ven en Bangkok y la aceptacion que tienen).

*Suprin: es uno de mis estudiantes nuevos, tiene 15 años. Parece que está estudiando español por capricho y porque su mamá se lo paga, porque aveces no se ve muy interesado, tiene la mente muy dispersa y resulta un poco difícil enseñarle, además sus bases y pronunciación en inglés no son tan buenas. Aveces me distrae su "bosito de lechero" y me dan ganas de decirle que ya es hora de empezar afeitarse, pero eso sería como "metérmele al rancho". No logro hacerle pronunciar "Por favor", él insiste en decir "Pro favro". Pero seguimos ensayando.

*Kritin: Tiene 24 años y hasta hace dos clases no le estaba resultando tan fácil, pero se puso las pilas y me llegó a la siguiente clase con muchas preguntas, muy interesantes algunas de ellas, así que el tipo es pilo y parece que será uno de mis mejores estudiantes. Aunque su pronunciación se dificulta un poco porque tiene frenillo (creo que así se llama, algo en la lengua que no lo deja pronunciar bien).

La mayoría de estos estudiantes son de Inlingua, que es un instituto con oficinas en muchas partes del mundo, las oficinas son muy bonitas y están muy bien ubicadas. A los estudiantes les cobran mucho, aunque eso no se nota en mi paga. Dos o tres estudiantes son privados (fuera del instituto). La otra semana empezará otra estudiante nueva, es India, así que será más fácil que con los tailandeses.

Bueno queridos, esa es mi vida como profesora acá, bastante divertida con los diferentes estudiantes que tengo.
Continúa...

08 enero 2006

Las Festividades


¡Buenas las tengan! Este mensaje lo empecé a escribir el año pasado:

26/12/05
Hace un año que fui despertada a las 6:30 de la mañana porque creí que me estaban moviendo la cama (más detalles en este vínculo) para varias horas después enterarme de algunas inundaciones y sólo hasta 15 horas después empecé a ver la magnitud de uno de los desastres naturales más grandes de la historia (bueno sin contar con lo que acabó con los dinosaurios, la edad de hielo, etc.). Hoy las noticias se han enfocado en mostrar las diferentes ceremonias que se han llevado a cabo en los lugares más afectados por el Tsunami y todos los avances o retrasos en las diferentes obras de reconstrucción de esas zonas. En Phuket, la isla de la que les hablaba hace días, todos los hoteles están completamente llenos, no sólo por los turistas en esta época del año, sino por todos los extranjeros que han regresado para asistir a estas ceremonias y recordar a los familiares que perdieron hace un año.

Bangkok por estos días se siente más sólo y aun así el tráfico es terrible y creo que este fin de semana estará aún más solo, ya que la gente acá no celebra navidad pero sí celebran Año Nuevo (bueno, en realidad los tailandeses no celebran el Año Nuevo ahora, sino el 13 ó 15 de abril, pero desde hace años empezaron a "celebrar" también en esta época, para dar una imagen mas internacional acorde con el Año Nuevo en otros países).

Mi Navidad fue un poco extraña o diferente. El sábado salí con una pareja de franceses y otra francesa a comer a un bar inglés, terminamos un poco después de las 12:30, a esa hora el bar estaba vacío (normalmente los sábados ese bar está lleno hasta antes de las 2 a.m.) no sé dónde estaba el resto de gente, pero las calles estaban solas... habría otra fiesta y no me avisaron... pero bueno.

Y el domingo, día de navidad, estuve con Yui, mi amiga tailandesa, en la casa de una de sus amigas del colegio: Oooooh, sí, ese es el apodo de la amiga (acá casi todo el mundo tiene nombres complicados y siempre se llaman por el apodo). Ooooh está casada con el hijo de un político famoso y como que muy rico, por lo menos la casa es espectacular. Lo primero que se ve al llegar es una casa típica tailandesa, que usan para recepciones (me sentía en un museo), al lado está la casa en la que vive Ooooh con su esposo y detrás está la casa de los suegros (el político y familia) y entre la casa de los suegros y la de Ooooh está el lago (sí, hay un laguito con cisnes y todo). Eran más o menos 10 amigas, el novio de una de ellas y otro amigo. Comimos riquísimo: comida tailandesa, pasta y foundue de chocolate con frutas (aunque en realidad era masa glasé, con la que se hacen chocolatinas, derretida, porque el recipiente del fondue, con los palitos no lo vi por ningún lado). La mesa estaba llena de comida, yo comí de todo un poco y dejé mi huequito normal para el postre, esta gente seguía comiendo, durante horas, paraban por raticos pero después se servían más. Y para variar todas esas 'desgraciadas' reflaquitas, ellas comieron el triple pero la de los gordos soy yo, ¿les parece justo?, la única más gorda que yo era Ooooh porque la semana siguiente tendría bebé (la bebé estaba programada para el lunes, pero como decidió hacer esa fiestica con sus amigas del colegio, pues simplemente cambio la fecha para el martes). Y después algunos nos quedamos en ese cuarto (sala) cantando Karaoke (a los orientales les fascina el Karaoke) y otros fueron a otro cuarto (una sala más grande) a ver una novela coreana que parece que es famosísima. Al final hubo intercambio de regalos: cada uno tenía que llevar un regalo, yo como no sabía pues no llevé, pero Yui llevó uno extra para que yo también participara. Le ponían a cada regalo un número, metían los números en una bolsa y luego cada uno sacaba uno y así recibía su regalo. Yo salí con una Minnie Mouse lo más de linda que ahora está adornando mi cama. Cuando ya nos íbamos, nos demoramos más porque cada una estaba 'votando' por algún nombre para la bebé; Ooooh tenía un libro de nombres y aparte una lista grandísima adicional... pero lo que me preguntaba esa noche es: para qué tanto complique escogiendo un nombre, complicado, si al final todo el mundo lo va a llamar a uno por el apodo?

Aunque no entendía lo que hablaban (la mayoría del tiempo hablaban tailandés y pues yo lo escribo muy bien pero aún no lo hablo -sí claro, como no-) fue una experiencia cultural interesante.
Continúa...