UN VUELTO LARGO

El Mundo Al Vuelo (reencauchado... un poco más detallado -y menos aburrido-). Tailandia, Laos, Vietnam, Camboya, Singapur, España (oops, una de estas cosas, no es como las otras)

02 enero 2007

Y empezó uno nuevo


Un año nuevecito, 364 días para disfrutar y para cumplir con todos los propósitos que se plantearían el 31. ¿Qué tal sus celebraciones de Año Nuevo? Las mías estuvieron muy bien, tranquilas.

Mi proposito para el último día del año era limpiar mi vida (la intención es lo que cuenta), pero como el tiempo es tan corto (el tiempo... ya llegaremos a esa parte), apenas alcancé a cocinar lo que iba a llevar a la cena de Año Nuevo a la que estaba invitada, a limpiar a fondo la cocina, el apartamento y no más. Me quedó pendiente la limpieza del closet, del escritorio y de mi alma, pero poco a poco lo he estado haciendo. No alcancé a hacerme el baño de las siete hierbas, porque no me acordé cuáles son y si me hubiera acordado no habría sido fácil ir al mercado y hacerme entender (aunque mi tailandés es perfecto).Tampoco conseguí los cucos amarillos de la buena suerte (cucos: palabra castiza de mi tierra que se refiere a prenda de ropa interior femenina, la parte inferior, conocida también como calzones, pantaletas, bombacha, panties), aún no han sacado los cucos del Rey, que, como he dicho anteriormente, el color que le corresponde es el amarillo; pero como se acerca el Año Nuevo Chino, pues el rojo se pone en furor, entonces me puse unos rojos, que además dizque son buenos por aquello del amor. No me comí las 12 uvas, así que no pedí los 12 deseos a las 12 de la noche; tampoco salí a dar la vuelta a la manzana con mi maleta para viajar durante el año (mi trabajo se encargará de hacerme viajar, aunque de todas formas pensé en hacerlo, pero estaba en el piso 43 de un edicficio viendo los fuegos artificiales –más chévere mirar hacia el frente o un poco hacia abajo y no hacia arriba- y no hubiera alcanzado a bajar antes de que fueran las 12:01). Lo que sí hice fue brindar y tomarme la champaña (y el vino y el aguardiente), besar a alguien del sexo o puesto (en la mejilla... no hay nada completo en esta vida) y hablar con mi familia que fue lo más importante.

La velada también estuvo acompañada de otras explosiones aparte de la pólvora, seis o siete bombas en diferentes sectores de la ciudad; las primeras fueron cerca de las 6 de la tarde y todas fueron en lugares en donde se reunen los tailandeses a celebrar. Fueron bombas pequeñas (es decir, no muy fuertes), hubo más de 30 heridos y 3 muertos y no se ha determinado quienes fueron los responsables de este lamentable hecho (aunque el taxista de esta mañana aseguraba que fue Taksin, el ex-primer ministro). Triste decirlo, pero por ser colombiana estoy un poco acostumbrada a estos hechos, aunque no me dejan de parecer terribles, y no estaba tan asustada como la mayoría de gente.

Volviendo al tema del taxista, yo como que le creo porque el tipo me demostró que sabe mucho: sabía dónde estaba mi amado país, hasta me dijo la capital y también sabía que muchas colombianas han ocupado los primeros lugares en Miss Universo y Miss Mundo y que todas las colombianas somos lindas. Es más, le di buena propina por que me preguntó que si antes de trabajar en turismo hacía modelaje; casí lo invito a salir esta noche.

Y como les dije que ya hablaría del tiempo, pues la última cosa que hice al terminar el año (bueno, a las 4:30 a.m. del primer día del año) fue renunciar a mi blog de El Tiempo. No me estaba representando las satisfacciones que esperaba y como saben los que me conocen, los últimos años sólo trato de hacer cosas que me representen algún tipo de satisfacción. Pueden leer mi última entrada (nota o artículo) aquí.

Pero seguiré escribiendo en este medio (no se deshacen tan fácilmente de mí) hasta que me empiecen a llamar del New York Times o el Washington Post o The New Yorker o del Lonely Planet o de Playboy.

Les deseo muchos éxitos en este año que comienza.
Continúa...