UN VUELTO LARGO

El Mundo Al Vuelo (reencauchado... un poco más detallado -y menos aburrido-). Tailandia, Laos, Vietnam, Camboya, Singapur, España (oops, una de estas cosas, no es como las otras)

18 septiembre 2006

Aceptando el Sufrimiento


Yo les cuento que por acá sufriendo un poco debido a mi nuevo trabajo. Empecé a trabajar desde hace dos semanascon un Operador Turístico Receptor (¿o receptivo?), organizamos (uy, ya hablo en plural) toures (¿o tours?) especialmente para grupos. La oficina principal es en Bangkok, pero también hay oficinas en Vietnam y Camboya. Yo soy la “Business Developer Coordinator” del mercado hispano, osea, vendedora en lenguaje castizo. Mentiras, bueno, sí, un poco. La mayoría de clientes de la empresa son franceses (al igual que casi todos mis colegas), pero desde hace meses han empezado a expandir el mercado y ya han venido varios grupos de España, mi trabajo es conseguir más clientes de España y de Latinoamérica y además organizar los respectivos toures.

Y pués al empezar en este sector me ha tocado conocer varios hoteles, generalmente 5 estrellas y me toca aceptar las invitaciones que éstos me hagan, almuerzos o comidas o en ocasiones algún trago (y como lo odio) y además “inspeccionar” cada hotel (recorrerlo de arriba a abajo) para saber que le estoy ofreciendo a los clientes. Y pues si me ofrecen comidas qué pena sería decir que no. Mis padres me criaron muy bien educada y siempre acepto las invitaciones (bueno, depende).

El primer grupo de españoles que debo recibir viene a comienzos de diciembre, a Vietnam. Y como debía salir del país a arreglar mi visa este més mi jefe decidió mandarme a Hanoi (la capital de Vietnam, por si no saben –yo supe hasta hace poco-). Aparte de la visa debo ir a “inspeccionar” algunos hoteles y entrevistar a los guías para mirar su nivel de español. El fin de semana me toca ir a la Bahía de Halong y me toca dormir en un crucerito una noche. Me toca viajar y como odio yo eso. Aparte no me dejan quedar en los hoteluchos que suelo quedarme muchas veces cuando viajo. ¡Qué injusticia! Pero bueno, ya se sabe que a esta vida vinimos a sufrir, pero de las cosas que me han enseñado las charlas budistas es aceptar el sufrimiento. Soy como los monjes, me como lo que pongan en mi tazón, así venga de un muy buen restaurante, no puedo exigir.

Y si consigo muchos clientes en Colombia, hasta de pronto me obligan a ir hasta allá. ¿Se imaginan? (Ayuden pués).

Y por otro lado está mi faceta de disque escritora. Sigo escribiendo semanalmente en el blog de El Tiempo (www.eltiempo.com/participacion/rubbyalvarez2), lo que ha resultado agradable, pero también un poco difícil. En este blog todos tan queridos me dicen que como escribo de bonito, claro, porque son amigos y familiares (como mi mamá que siempre me ha dicho que soy muy linda), pero los que me leeen en el Tiempo no me conocen, así que la crítica es dura. Y es difícil mantenerlos contentos a todos: hice varias notas de la noche en Bangkok (similar a lo que les mandé hace unos meses), me llamaron pervertida, morbosa, monotemática y creían que era esa era mi única imagen de Bangkok. Así que publiqué algunos un poco culturales y ahí si no hicieron casi comentarios, ni malos ni buenos. Uno de los lectores decía que el blog era malo porque no habían ya comentarios, así que en la última nota les di lo que les gusta y de nuevo muchos comentarios. Sólo que esta vez aparte de lo anterior también me dicen vieja y fea. Y les molesta tanto, que lo siguen leyendo. Aunque también ha habido críticas buenas, pa’que (¿las de mis amigos?).
Continúa...