UN VUELTO LARGO

El Mundo Al Vuelo (reencauchado... un poco más detallado -y menos aburrido-). Tailandia, Laos, Vietnam, Camboya, Singapur, España (oops, una de estas cosas, no es como las otras)

21 agosto 2006

Cumpleaños Feliz


Varios días sin escribir, me imagino que me han extrañado muchísimo, excepto los que juiciosamente me han leído en El Tiempo.com.

La parte publicable, o menos personal, de esta historia, la pueden encontrar en El Tiempo (http://www.eltiempo.com/participacion/rubbyalvarez2), para no entrar a repetir lo que ya escribí allí.

Resumen:
Como todos saben (sí, claro) y pocos se acordaron, mi cumpleaños fue el 12 de agosto, el cual fue día festivo en Tailandia, aunque no por mi cumpleaños, sino por el de la Reina y por ser el Día de la Madre.

Fui a comer con mis amigos a un restaurante tailandés, super rico y al final me cantaron el japiverdi en tailandés, con una miniceremonia de buenos deseos y bendiciones, fue superlindo, casi lloro. Recibí muchos regalos, muy bonitos. Después de allí salimos, con algunos de mis amigos, para Spasso, que es un bar/club/disco, ubicado en el hotel Hyatt; en donde vive una amiga española, Nuria, ya que su esposo es chef del hotel. No sé de dónde sacó Nuria la idea de que me gusta ser el centro de atención (está loca), el caso es que le dijo a su esposo que yo tenía que ser la reina de la noche y así fue... bueno, con todas las mamazotas que había en el bar, no creo que en realidad yo haya sido la reina, pero así me lo hicieron sentir. Había reservado una mesa al frente, en donde está toda la acción; después de pedir el primer trago, ha llegado una barca (canoa o algo parecido) al centro de la mesa, llena de hielo y de muchos tubos de ensayo con coctelitos de colores adentro; un momento después llegaron dos lindos alces de madera que me miraban sonriendo, con un hueco en la espalda, tambien llenos de hielo y en uno habían teteritos (biberones, chupitos) y en el otro tragos (del tamaño de copa de aguardiente), con el mismo líquido de los tragos de la barca. Con eso me empecé a sentir la reinita, brindé con mis amigos, bailamos, seguimos brindando y bailando por muchas horas. Luego la cantante de la banda empezo a llamar: “Robi” o medio tratando de decir mi lindo nombre y me hicieron pasar al frente, tenía un penonón (mucha vergüenza –lease con “z” española, como lo diría Nuria), pero no tuve otro remedio que pasar, me cantaron el japiverdi los de la banda, junto con el resto del bar (muchísima gente que no había visto en mi vida), abrieron champaña, brindé desde la tarima y luego llegó la torta, que era un pie de puro chocolate, delicioso, hecho especialmente para mí con la supervisión directa del chef Tommy (eso decía la tarjeta); gente que no conocía me felicitaba cuando caminaba hacia la mesa. Una experiencia muy interesante y agradable.

Los detalles del bar (que es muy particular), del cumpleaños de la reina y de la ceremonia en el restaurante los pueden encontrar en El Tiempo (http://www.eltiempo.com/participacion/blogs/default/un_articulo.html?id_blog=14428&id_recurso=3174236 ) y si leen las otras notas que he publicado, se darán cuenta lo duro que me han dado con los comentarios, pero por lo menos me están leyendo, unos lectores atacan y otros defienden.
Continúa...