UN VUELTO LARGO

El Mundo Al Vuelo (reencauchado... un poco más detallado -y menos aburrido-). Tailandia, Laos, Vietnam, Camboya, Singapur, España (oops, una de estas cosas, no es como las otras)

21 julio 2006

¡Qué viva la globalización!


Cuando tengo días como el de ayer, pienso ampliamente en el concepto de “globalización”, pero no por lo que implica económicamente para el mundo, sino por el contacto que se puede tener de alguna forma con los diferentes países.

20 de julio, Día de la Independencia de Colombia: despertar en Bangkok e ir a trabajar. Una colombiana dando clases de español a un tailandés que estudia en Canadá. Salir de allí a la casa de una descendiente de nuestros colonizadores (de los cuales nos independizamos hace 196 años), en donde me reuniría con otros latinos. Luego ir a darle clase a un americano, el cual me prestó la semana pasada un libro que me ha enseñado mucho parte de la historia reciente de mi país. Después de clase fui a una misa concelebrada por 4 sacerdotes, tres de ellos colombianos, a la que asistimos varios colombianos (detalles en El Tiempo) y terminé el día con un show típico tailandés que refleja lo “abierto” que está el mundo en estos momentos y que describiré a continuación:

Nota: Si es menor de 18 años o es muy delicado con temas sexuales, por favor no lea esta parte, es estríctamente para adultos que quieran conocer “otras culturas” o tengan una mente un poco pervertida.

Después de haber ido a tantos bares para hombres, en donde el show principal son mujeres, decidí que necesitaba para mi "trabajo investigativo" visitar otro tipo de lugares, un show en donde los protagonistas fueran hombres. Con dos amigas y dos amigos (colombianos) fuimos a un bar llamado: Bangkok’s Best Boys (Dream boys) y aunque el show era de hombres, el lugar también era para hombres; tan solo éramos 5 mujeres, pero pues ya estando ahí, debíamos seguir “investigando”. Hubo un poco de choque al comienzo, ya que los hombres parecían adolescentes: el hombre tailandés es más pequeño que el modelo de hombre que tenémos en occidente (excepto en mi familia). Pero por aquello del “mal de vereda” y tal vez porque los ojos se adaptan a la oscuridad, poco a poco les empezábamos a reconocer sus atributos: “mírele los abdominales”, “qué tatuajes tan bonitos”, “tiene buenas piernas”, “mírele el ..., mejor no se lo mire”.

El primer show que vimos eran unos “niños” bailando rap, tenían ritmo por lo menos, y abdominales y, al quitarse el pantalón, buenas piernas y... lo demás estaba tapado... por ahora. Pero después, sin que pudieramos evitarlo, empezaron a salir uno por uno, en un desfile casi sin gracia y al llegar a donde estabamos (era uno de los cuatro puntos en donde paraban), se bajaban la ropa interior (calzoncillo, pantalón, boxer) y salía un gran monstruo, un ser que más tarde sería parte de mis pesadillas: una gran serpiente negra queriendo atacar. La verdad a eso no le hallamos mucha gracia (no importa lo que digan muchos, pero esa vaina es muy fea –se ve fea-) y fue hasta desagradable (los que estaban a nuestro alrededor no pensaban lo mismo). Pero después la cosa se suavizó un poco (me refiero al show, no a “la cosa”, ¡malpensados!): de pronto cae del cielo un angelito, con alitas, con cuerpito delgado pero bonito, como mi Dios lo trajo al mundo, excepto por unas plumitas que decoraban su pelvis (todos deberían usarlas porque esa cosa se ve fea, lo repito). Este ser angelical empezó a bailar por todo el escenario con mucha gracia y, sin darnos cuenta, se tocó su parte trasera de donde empezó a sacar una cinta de tela.... sí señores, la sacó del lugar en donde se ponen los supositorios... y la cinta era larga, larga, larga y tenía varios colores fluorescentes. Cuando ésta alcanzó los cinco metros (aprox.), el angelito en cuestión empezó a moverla con las dos manos, con mucha habilidad, haciendo figuras (como se hace en gimnasia olímpica), teniéndola aún sujetada, no sólo con las manos, sino con aquel agujero; luego sacó más y más, hasta llegar a los 10 metros (creo yo) y la seguía batiendo en el aire (la cinta) con mucha habilidad. Y lo peor, era que se veía hasta bonito. Luego nos explicaron que se meten un tubito que es el que contiene la cinta, y no era que se la hubiera comido y hubiera pasado a través de todo el sistema digestivo, como mi mente inocenté pensó en un principio.

Después de un rato, me olió a jabón chiquito (como el de los hoteles), y se iluminó una esquina detrás nuestro: Habían tres angelitos, aunque estos no tenían alas y tenían una tanga o speedo roja (recuerden, rojo significa: Peligro carga larga). Estaban en una especie de plataforma, que hacía las veces de tina, del techo caían unos chorritos pequeños de agua. Ellos se ondulaban al ritmo de la música, mientras se enjabonaban (nada que ver con los comerciales de hombres enjabonándose), después de quedar bien limpiecitos, enjabonarse mutuamente y quitarse el jabón, comenzaron a besarse y acariciarse al ritmo de la música, los tres.

Después vino un show en tailandés con unos hombres disfrazados de mujeres (no eran travestis, simplemente disfrazados) y ese fue el fin del show. Ya luego salían todos los participantes en calzoncillos, con un número en la esquinita, para que los clientes del lugar pudieran escoger uno (y así seguir la diversión en privado), pagando un precio adicional. Pero yo tenía que madrugar.

Algunos estarán pensando: “primero va a misa y luego a esos lugares, eso se llama: ‘hacerle morcillas al diablo’”. Y eso fue lo que vino a mi mente cuando ví esas cosas en el show: morcillas, sólo que estas no me “apetecían”. Pero no, poco a poco, voy acumulando material investigativo, no sé para qué, pero de algo irá a servir. Y voy conociendo las diferentes culturas y subculturas de este maravilloso mundo.

4 Comentario(s):

  • At 11:05 a. m., Anonymous Anónimo said…

    Oye Rubi, super, como diablos fuiste a parar a ese lugar tan lejano? ..Yo estoy en una isla en pequena pero prospera isla britanica en el carbe administrandole las telecomunicaciones a estos morenos, escribe y seguire tu ejemplo, voy a publcar mi blog tambien, ala.

     
  • At 7:20 a. m., Anonymous Anónimo said…

    wao! Rubby Alvarez, quien lo diria que despues de tanto tiempo, nos volveriamos a contactar... me alegra muchisimo verte - te queda bonito el sombrero - aqui Fausto Luna, el dominicano del ADLS 97 y de las aventuras por Bogota, un abrazo grande con el mismo cariño de siempre :)

     
  • At 8:58 a. m., Anonymous Anónimo said…

    Hola Ruby: hoy te descubri en el Tiempo y me han encantado tus cronicas. Espero ir a Viet Nam en un par de años y lo que cuentas me servira para saber que ir a ver y que evitar. No acabo de leer todas tus cronicas y me pregunto como diablos fuiste a parar en un lugar semejante?

     
  • At 6:04 a. m., Anonymous Anónimo said…

    y si que me le dieron palo a la pobre boobie por este mismo relato en El Tiempo ... que viva la libertad de expresión! (y el semianonimato)

     

Publicar un comentario

<< Inicio