UN VUELTO LARGO

El Mundo Al Vuelo (reencauchado... un poco más detallado -y menos aburrido-). Tailandia, Laos, Vietnam, Camboya, Singapur, España (oops, una de estas cosas, no es como las otras)

11 julio 2006

Mi Primera Vez


Hace más o menos tres meses visité por primera vez Laos, un país que a duras penas había oído nombrar antes de venir acá. Tailandia limita con Laos al norte y al oriente, teniendo 5 diferentes puntos de cruce en la frontera, yo crucé por uno de los puntos al norte, ya que es el más cercano a Vientiane, la capital y necesitaba ir allí a renovar mi visa de Tailandia.

Poco sabía de Laos cuando decidí ir, sólo tenía referencias de ser un país muy bonito. Vientiane, a pesar de ser una ciudad pequeña, está bastante desarrollada, en cuanto a infraestructura. Sus calles son amplias y limpias (algo no muy común en el sureste asiático), hay poco tráfico y, en general, se respira una tranquilidad muy agradable. Resulta muy fácil recorrerla en bicicleta, ya que es una ciudad plana y las calles están en muy buen estado.

En esa ocasión llegué un viernes y ese mismo día debía solicitar la visa, teniendo que esperar hasta el lunes siguiente para recogerla. Así que tenía suficiente tiempo para recorrer la ciudad con calma.. con mucha calma, porque en esta ciudad no pasa casi nada.

Lo que más me llamó la atención en esa ocasión fue la cantidad de monjes budistas de todas las edades, adornando las calles con sus hábitos anaranjados (aunque en realidad no son hábitos como los de los monjes de nuestras comunidades religiosas, sino algo similar a una tela larga enrollada), sonriéndo y saludando, lo que resultó bastante extraño ya que en el vecino país, Tailandia, los monjes evitan hablar con las mujeres. Allí no solamente se veían en los templos, sino en las calles, en bicicleta, en los café Internet, en el mercado y casi en cualquier lugar.

Visité casi todos los lugares turísticos nombrados en la guía, pero por error llegué a un templo muy visitado por los locales (¿alguien sabe el gentilicio de la gente de Laos?) y fue la mejor parte del viaje. Me senté a un lado al interior del templo y parecía que nadie se percataba de mi presencia, yo era la única turista, por lo tanto pude observar los diferentes rituales que practicaban los seguidores, algunos en conjunto con los monjes: observé la emoción con la que dos niñas liberaban a una codorniz desde las ventanas del templo, buscando algo de buen karma; la devoción con la que todas las personas se dirigían hacia los diferentes “altares” o imágenes de buda; la gran variedad de ofrendas en dichos altares; la fe de los devotos que se acercaban al monje de turno a recibir bendiciones y dar ofrendas en dinero mientrás que éste les amarraba unos hilitos en la mano al mismo tiempo que repetía bendiciones. Había una familia completa (papás, hijos, tíos, primos, o así parecía) haciendo una ofrenda especial al templo: traían varios artículos religiosos que entregarían para el lugar, al igual que comida y libros para los monjes. También estaban donando una cama muy adornada y un dragón en madera, que forma parte de la decoración del templo. Al estar varios monjes sentados en media luna al frente de la familia, el miembro mayor de ésta dijo unas palabras muy conmovedoras (que no entendí porque era en el idioma local), cantó, algunos lo seguían, otro hablaba por celular y otro miembro de la familia tomó varias fotos de la escena. Aproveché para hacer lo mismo y en ese momento notaron mi presencia, en especial el monje mayor que con su mirada de “qué hace Ud. aquí, esto es una ceremonia privada”, me hizo sentir que estaba en el lugar equivocado, lo que terminó mi visita a dicho templo.

Afuera de esta templo habían varios lugares en los que algunas mujeres hacían unas velas amarillas en forma de flor: sumergían algo similar a un molinillo (lo que usamos en Colombia para batir chocolate caliente) en un recipiente con parafina y luego lo sumergían en agua, así la nueva florecita salía flotando. Después con estas flores de vela, hacían varios adornos que luego encontraría al interior del templo. También había gente con grandes jaulas llenas de pequeñas aves, las cuales vendían para ser liberadas desde el interior del templo.

Después visité el mercado, que se parece un poco a cualquier plaza de mercado en Colombia, sólo que acá adicionalmente venden productos alimenticios importados (sanandrecito), electrodomésticos, artesanías, telas, comida local y hay algunos salones de belleza (o algo similar), todo bajo el mismo techo. Me gusta ver las diferentes frutas, verduras y comida en general, pero especialmente el comportamiento de la gente, las sonrisas de los niños que trabajan en el lugar al ser fotografiados, la delicadeza con la que limpian y pelan las frutas para que el consumidor no tenga que hacer ningún trabajo extra, entre otras cosas.

Terminaba cada día viendo el atardecer al lado del río, que algún día fue muy caudaloso pero que ahora sólo queda una pequeña muestra, en conjunto con muchos de los visitantes y gente del lugar. Al parecer a las 5 de la tarde, medio pueblo se traslada a esta parte de la ciudad. Ahora que fui la segunda vez, en época de lluvias, el río tenía el caudal que en esa época sólo imaginaba.

La ciudad es tan pequeña, que al estar varios días allí, termina uno encontrándose fácilmente con la misma gente.

En esa ocasión tenía mi tiquete de regreso en tren para el domingo, pero como debía recoger la visa el lunes, tuve que venderlo y me arriesgué a comprarlo en la estación el lunes (no podía comprarlo antes, porque no tenía visa para entrar a Tailandia). Al llegar a la estación no conseguí tiquete en segunda clase (cama), sino en tercera (sentada). En el momento pensé que sería una experiencia muy agradable, más cerca del pueblo Tailandés, pero no esperaba que fuera tan cerca: el tren se iba llenando y más cerca estábamos todos, mucha gente en el corredor, que de alguna forma nos empujaban a los que estábamos sentados, no se podía casi ni estirar las piernas. Mucho ruido, mucho calor y fue imposible dormir, al día siguiente cuando llegué a Bangkok sentía que necesitaba de nuevo vacaciones.

4 Comentario(s):

  • At 2:27 a. m., Anonymous Anónimo said…

    Hola prima!

    Muchas gracias por dejarnos hacer este "viaje" junto a ti.
    Puedes estar segura que todo lo que haces tiene un gran valor y nos da muchas lecciones a todos los que te conocemos.

    Sigue... Alrededor del mundo si es posible!!

     
  • At 8:42 a. m., Anonymous Anónimo said…

    me entretengo mucho leyendo tus blogs a traves de el tiempo, y hora que encontre tu direccion directa a el blog, leere los que no aparecen alli.

     
  • At 6:01 a. m., Anonymous Anónimo said…

    El gentilicio de los de Laos es "los de al lao". Claro, depende que que lado esté uno.

    Y no entiendo por qué le toca irse a Laos para sacar la visa para Tailandia?

     
  • At 10:34 p. m., Anonymous Anónimo said…

    Según Wikipedia, Laos en español en realidad se llama "Lao", o mejor "República Democrática Popular Lao" y a sus locales se les debe llamar laos... Yo también aprendí algo nuevo ;-)

    Saludos desde Alemania,
    Ana P.

     

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